Sudáfrica tiene uno de los niveles más altos de desigualdad de ingresos entre ricos y pobres de todo el mundo. Casi la mitad de los surafricanos malviven en la pobreza extrema. Un título universitario es una de las vías de escape para que los jóvenes puedan romper el círculo vicioso de la miseria heredada. Sin embargo la brecha social, la mala formación en primaria y secundaria convierten los estudios superiores en una meta inalcanzable para la mayoría.
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